Ahir a la nit tenia insomni per enèssima vegada. Impossible dormir. Mil coses em voltaven pel cap. Em poso a escoltar la ràdio per intentar escapar-ne. De cop i volta sento aquesta cançó. Avui vaig a Internet i llegeixo coses amb les quals no puc estar més d’acord: “és una cantant que sota una apartent imatge d’ingenuïtat, sedueix i atrapa a la subtil teranyina que crea amb les seves cançons. Minimalista, tendra i amb seu punt naïf. Conchita és fràgil i enèrgica amb la seva veu; dolça i amb un punt amarg en les seves lletres, amb una sensibilitat especial”. És cert que no es pot jutjar un artista per una sola cançó. No obstant això, penso que, sempre és una bona notícia saber que a l’avorrit mercat ibèric musical dominat pels grups amb afany possessiu (La Oreja de Van Gogh, El Canto del Loco, El Sueño de Morfeo, i, en fi, moltes més mediocritats) escoltar la Conchita és com obrir una finestra. Hauré de fer cas més sovint del meu germà, que ja fa uns dies que m’ho havia preguntat: “Has sentit parlar d’una cantant que es diu Conchita?”
Nunca se me dio demasiado bien poner las cartas sobre la mesa. Nunca se me dio demasiado bien. Y ahora nos volvemos a encontrar y me preguntas qué tal me va. Quisiera ser capaz, decirte la verdad, decirte que me va realmente mal. No te logré olvidar, ni lo intenté quizás. Quisiera ser capaz, mirarte y no temblar, decirte que nadie me volvió a besar. No te logré olvidar, ni lo intenté quizás.
Y en lugar de eso sonrío y tiemblo, y te cuento que ya acabé la facultad, me puse a trabajar y me volví a enamorar. Y en lugar de eso sonrío y pienso por qué no seré capaz de decir la verdad. Te pierdo una vez más. Quisiera ser capaz, decirte la verdad, decirte que me va realmente mal. No te logré olvidar, ni lo intenté quizás. Quisiera ser capaz, mirarte y no temblar, decirte que nadie me volvió a besar. No te logré olvidar, ni lo intenté quizás.
Y ahora me quedan dos opciones: quedarme quieta o echar a correr. Y me pongo a correr, ya que puedo perder, verás es que no me va demasiado bien. No te logré olvidar, ni lo intenté quizás. Y me pongo a correr ya que puedo perder, verás es que nadie me volvió a besar. No te logré olvidar ni lo intenté quizás.
Y ahora ya te toca a ti acabar con esta historia, y ahora ya te toca a ti decir las cosas. Pon un punto y final o bésame sin más. Y ahora ya te toca a ti, no vale callar, esta vez no volveré a perderte una vez más. No me voy a marchar sin saber el final. Nunca se me dio demasiado bien poner las cartas sobre la mesa, nunca se me dio, no, demasiado bien. Y ahorra nos volvemos a encontrar y me preguntas que, qué tal me va. Y yo ya no sé, ya no sé ni que contestar.
(ESCOLTA-LA)
Nunca se me dio demasiado bien poner las cartas sobre la mesa. Nunca se me dio demasiado bien. Y ahora nos volvemos a encontrar y me preguntas qué tal me va. Quisiera ser capaz, decirte la verdad, decirte que me va realmente mal. No te logré olvidar, ni lo intenté quizás. Quisiera ser capaz, mirarte y no temblar, decirte que nadie me volvió a besar. No te logré olvidar, ni lo intenté quizás.
Y en lugar de eso sonrío y tiemblo, y te cuento que ya acabé la facultad, me puse a trabajar y me volví a enamorar. Y en lugar de eso sonrío y pienso por qué no seré capaz de decir la verdad. Te pierdo una vez más. Quisiera ser capaz, decirte la verdad, decirte que me va realmente mal. No te logré olvidar, ni lo intenté quizás. Quisiera ser capaz, mirarte y no temblar, decirte que nadie me volvió a besar. No te logré olvidar, ni lo intenté quizás.
Y ahora me quedan dos opciones: quedarme quieta o echar a correr. Y me pongo a correr, ya que puedo perder, verás es que no me va demasiado bien. No te logré olvidar, ni lo intenté quizás. Y me pongo a correr ya que puedo perder, verás es que nadie me volvió a besar. No te logré olvidar ni lo intenté quizás.
Y ahora ya te toca a ti acabar con esta historia, y ahora ya te toca a ti decir las cosas. Pon un punto y final o bésame sin más. Y ahora ya te toca a ti, no vale callar, esta vez no volveré a perderte una vez más. No me voy a marchar sin saber el final. Nunca se me dio demasiado bien poner las cartas sobre la mesa, nunca se me dio, no, demasiado bien. Y ahorra nos volvemos a encontrar y me preguntas que, qué tal me va. Y yo ya no sé, ya no sé ni que contestar.
(ESCOLTA-LA)
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