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dijous, 30 d’abril del 2009

LOS OLVIDADOS. Sidonie

Abro los ojos. Estoy sentado a una mesa. Donde me como un bol de macedonia de frutas. Una cucharada, y otra, y otra. Me asalta la sensación de estar en un lugar con mucha luz. Levanto la mirada. Es extraño lo que veo: una estancia muy amplia de paredes blancas, tan blancas son que todo tiene un tinte de irrealidad. El sitio parece un comedor comunitario o algo por el estilo. No hay nadie más. Estoy solo y eso no me extraña. Lo encuentro algo natural. Acabo con la macedonia. Retiro la silla y me levanto. Al hacerlo me crujen ambas rodillas. Camino en dirección a la puerta de salida. Pero, he aquí que después de recorrer todo el perímetro de la sala constato que no existe puerta alguna. Tampoco hay ventanas. Doy vueltas y vueltas pero es inútil. Nada indica de qué manera he llegado allí. No recuerdo nada al respecto. Poco a poco me ataca la ansiedad. Se apodera de mi, no puedo respirar. Abro los ojos. Todo ha sido una pesadilla.

En mi celda acolchada tienen mi cabeza vendada, me espera una sesión de electro-shocks para que recupere la razón. En mi camisa de fuerza escucho hablar tras la puerta. Los medicos preparan la poción es una dosis superior, sí por favor. Lo sé es, horrible el sabor, pero ya verás te sentirás mejor. Perdón, no me presente, soy la paciente de la celda tres. Uhh…En la pista de baile danzamos canciones en braile. Aquí los locos lo pasamos bien con un aguijón en nuestra sien. Siento calambres hermosos en mi sistema nervioso, nada de esto me hace efecto ya, ya que no consigo olvidar. Dime porqué estas aquí que recuerdo quieres extinguir. Te van a lobotimizar, la enfermera empieza a conspirar. No te puedo olvidar, lo siento no te puedo olvidar. Aunque lo nuestro se acabó, brillará como una estrella que murió. No te puedo olvidar, lo siento no te puedo olvidar. Aunque lo nuestro se acabó, brillará como una estrella que murió. Mentí, yo no te olvidé y sé que esto me va a enloquecer. Soy yo el intenso fulgor que ya no ves porque alguien lo apagó. No te puedo olvidar, lo siento no te puedo olvidar. Aunque lo nuestro se acabó, brillará como una estrella que murió.

(ESCOLTA-LA)