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dimarts, 13 d’abril del 2010

PECADOS MÁS DULCES QUE UN ZAPATO DE RASO. Gabinete Caligari

El diumenge, vaig estar estirat gairebé tot el dia al sofà. He passat un cap de setmana força fluix. Una de les coses que he fet és tornar a escoltar un gran disc: Camino Soria, de Gabinete Caligari. I, particularment, aquesta cançó, té darrera una història que val la pena conèixer. Recorro a la Wikipedia, que diu:

Eduardo Haro Ibars, nació en Madrid el 30 de abril de 1948. Poeta, novelista y ensayista español. Nieto del periodista y comediógrafo Eduardo Haro Delage e hijo del periodista y ensayista Eduardo Haro Tecglen y de la periodista Pilar Ibars Tecglen. Pasó su adolescencia en Tánger (Marruecos), conoció a personajes como los escritores Paul Bowles, Jane Bowles, William Seward Burroughs y el pintor Francis Bacon.

Al igual que Leopoldo María Panero, durante mucho tiempo su compañero, es uno de los más genuinos representantes de esa generación de jóvenes españoles que, de la aventura de la clandestinidad antifranquista, pasan a la de las primeras experiencias con las drogas. Bisexual (precursor del movimiento gay español) y consumidor abusivo de todo tipo de estupefacientes (alcohol, heroína por vía intravenosa, etcétera), a mediados de la década de los 80 contrajo el SIDA, enfermedad que acabaría provocando su prematura muerte en 1988.

Su encarnación de maldito (o "maldecido" como él afirmaba) no empañó su lucidez como uno de los más críticos analistas de la realidad en los distintos medios de comunicación con los que colaboró. Pero su primera vocación siempre fue la poesía. Su primer libro poético es Gay rock (1974). Siguieron Pérdidas blancas (1978), Empalador (1980), Sex Ficción (1981) y En rojo (1985). En este último poemario empieza a escribir sobre sus experiencias con la heroína y será, junto con Leopoldo María Panero, uno de los primeros poetas españoles que escriban sobre la droga. El llamado "caballo de la muerte" ocupará, asimismo, un buen número de páginas en ¿De qué van las drogas?, texto de divulgación publicado en 1978.

A comienzos de los años 80, el poeta se da a conocer como narrador con la publicación de algunos relatos de ciencia ficción. Años después con la publicación de El polvo azul - Cuentos del mundo eléctrico, que inauguraría en 1985 la colección de Ediciones Libertarias dedicada a la nueva narrativa española, apuntaría: "Lo que escribo ha de verse como separado de cualquier tipo de escuela o capilla que en este momento funcione. Digo esto con el mayor respeto hacia mis contemporáneos; pero espero que ese respeto me permita, siempre, tomar distancias". Con anterioridad, mientras colabora en TVE, Diario 16, Liberación y numerosas publicaciones, sus versos son musicalizados por la Orquesta Mondragón y Gabinene Galigari, cuyos miembros acompañaron al escritor en algunas lecturas poéticas antes de saltar a la fama.

Es distinguido con el premio Micrófono de Oro concedido por la sala Rock-Ola, referencia obligatoria en el Madrid de aquellos días. Luis Antonio de Villena lo hizo protagonista de su novela ‘Madrid ha muerto’, que describe la época de la Movida Madrileña. Y cuando muere, el 16 de agosto de 1988, uno de sus poemas ("Pecados más dulces que un zapato de raso") da lugar a una de las grandes canciones de Gabinete Galigari.

En 2005 se edita Los Pasos del Caído, de José Benito Fernández, una biografía apasionada y apasionante de Haro Ibars que, junto con El contorno del abismo (1995), otra obra del mismo autor y a su vez biografía de Leopoldo María Panero, resulta imprescindible para entender los avatares de la generación perdida española.


LLETRA
Avaricia de tus besos;
Pereza de vivir sin ti;
y la ira de sentirte lejos de mi.
Soberbia de saberme
elegido por tu corazón.
Humildad para reconocerte la mejor.
Son Pecados más Dulces que merecen el perdón,
son Pecados más Dulces que un Zapato de Raso, mi Amor.
Envidia del sudor
que emana ardiente de ti.
Gula para comer tu vientre satín.
Lujuria abrasadora
que me hace presagiar
la tristeza más conmovedora si te vas.
Son Pecados más Dulces que merecen el perdón,
son Pecados más Dulces que un Zapato de Raso, mi Amor.
Avaricia de tus besos
Pereza de vivir sin ti
y la ira de sentirte lejos de mi.