Salut, camarada Leonov. M’omple d’orgull rebre la visita en el meu bloc de tan ínclit personatge. És un veritable honor tenir-vos com a lector. Lamento que no us agradi Vetusta Morla, però bé, per a gustos es van fer els colors. Com que és possible que algun visitant no sàpiga qui sou, faig cinc cèntims de la vostra espectacular i apassionant biografia. Aprofito per dedicar-vos una altra cançó. Els intèrprets i el títol del tema tenen molt a veure amb l’ofici que heu desenvolupat. Espero que sigui del vostre exquisit gust. Salut, tovarish! Ah, i per cert, deixeu de beure vodka a ‘palo seco’ que fa que us beveu, també, l’enteniment. Proveu millor amb el whisky: diu un amic meu (que potser coneixeu) que és millor per al cor.
"Alexei Leonov es un cosmonauta ruso, nacido el 30 de mayo de 1934 en Listvyanka, Unión Soviética). En 1953 ingresó en la fuerza aérea y en 1959, siendo piloto de combate, fue entrenado para viajes espaciales. Leonov realizó ell primer paseo espacial el el 18 de marzo de 1965. La nave que lo llevó al espacio exterior fue la Vosjod 2. Quien le acompañaba era el capitán y piloto principal de la nave, Pavel Belyayev, presto a brindar apoyo en cualquier momento. Leonov abandonó la nave por 23 minutos y 41 segundos, pasando la mitad de este tiempo en movimiento libre a unos 5 metros de la nave. “Al abrir la escotilla vi un cielo lleno de estrellas brillantes y la Tierra completamente redonda. Toda Europa estaba debajo de mí. Había mucho silencio, un silencio absoluto, todo estaba muy quieto. Tenía una sensación muy rara, imposible de imaginar”, diría años después recordando aquel legendario vuelo.
La salida al espacio empezó durante la segunda vuelta de la nave alrededor de la Tierra. Desde el tablero de control Belyayev abrió la escotilla a la cámara de la compuerta. Según los planes, el cosmonauta iba a estar unido con su nave mediante un cordón umbilical. El cordón iba a suministrarle oxígeno y una línea de comunicación con el comandante y el control de Tierra.
La nave Vosjod alcanzó la órbita con éxito el 18 de marzo de 1965. La tripulación comenzó a preparar el paseo espacial. El comandante Belayev ayudó a Leonov a preparar su mochila de emergencias y acoplar el cordón.
Leonov salió sin contratiempos por la escotilla despresurizada y abandonó la nave. “Me sentía bien e iba informando lo que veía”, señala. Sin embargo, a los 10 minutos de paseo el cosmonauta descubrió un problema. “El traje espacial se estaba comportando de una forma muy diferente de como lo había hecho en la Tierra”.
El traje se hinchaba, dificultando los movimientos y tirando de sus manos y pies hacia afuera. En el momento que Leonov estaba dispuesto a regresar a la nave las cosas se descontrolaron. “A pesar de que había un buen ajuste, mis pies se salían de las botas del traje y mis manos de los guantes”, recordó Leonov. “El trabajo se volvió imposible, traté de agarrar las asas [de la escotilla] pero mis dedos no funcionaban porque no se ajustaban a los guantes y se iban a doblar delante de mí."
Además, la escafandra se hinchó tanto que ya no cabía por la escotilla. En ese momento Leonov, sin consultar con el control de Tierra, decidió bajar la presión interna del traje en un 200%. “Decidí que había respirado oxígeno suficiente para evitar que el nitrógeno provocase burbujas en mi sangre (la tristemente célebre narcosis de nitrógeno que sufren los buceadores)”, dijo. Además, Leonov desobedeció el procedimiento normal de regreso a la nave (entrando primero con los pies). A esto se sumó que su temperatura corporal se incrementó en casi 2ºC durante su actividad extravehicular.
Pero ni el exitoso regreso de Leonov puso fin a las aventuras de la tripulación, ya que el sistema automático de control de descenso se estropeó y Beliaev tuvo que asumir el control manual de la nave, elegir un lugar de aterrizaje y encender los motores de descenso en el momento preciso.
Esto tampoco fue fácil,puesto que el control manual era imposible estando los cosmonáutas sujetos en los sillones de descenso, a 90º del tablero de control. Mientras Pavel Belyayev conectaba el tablero en modo manual y orientaba la nave para después regresar a su sillón, pasaron unos 22 segundos, hecho que al final desembocó en una desviación de 165 kilómetros al noreste.
Finalmente la nave aterrizó en la taiga, lejos de zonas habitadas y además en condiciones invernales. Los grupos de rescate tardaron tres días en encontrarles, pero el helicóptero no pudo aterrizar en el bosque. Se pudo preparar una pista de aterrizaje tan solo a 9 kilómetros de su paradero. Los socorristas y cosmonautas llegaron a ese sitio en esquíes. Más tarde, en 1975, Leonov formaría parte, por el lado soviético, de la célebre misión Apollo-Soyuz 19.
LLETRA
Podemos irnos juntos lejos de este mundo tú y yo, en un viaje por galaxias infinitas hacia el sol. No queda nada que prolongue mi parada en este mundo ni un solo minuto. Tú y yo de viaje por el sol dentro de una nueva dimensión. ¿Qué podría ser mejor que estar siempre juntos tú y yo? ¿Qué estar siempre juntos tú y yo? Puedes venir conmigo, vámonos, tenemos que salir. Porque ese cielo lanza brazos invisibles hacia mi. Y si vinieras, en el centro de esa estrella pasaría el resto de mi vida. Tú y yo de viaje por el sol dentro de una nueva dimensión. ¿Qué podría ser mejor que estar siempre juntos tú y yo? De viaje por el sol en una nueva dimensión? ¿Qué podría ser mejor que estar siempre juntos tú y yo?
"Alexei Leonov es un cosmonauta ruso, nacido el 30 de mayo de 1934 en Listvyanka, Unión Soviética). En 1953 ingresó en la fuerza aérea y en 1959, siendo piloto de combate, fue entrenado para viajes espaciales. Leonov realizó ell primer paseo espacial el el 18 de marzo de 1965. La nave que lo llevó al espacio exterior fue la Vosjod 2. Quien le acompañaba era el capitán y piloto principal de la nave, Pavel Belyayev, presto a brindar apoyo en cualquier momento. Leonov abandonó la nave por 23 minutos y 41 segundos, pasando la mitad de este tiempo en movimiento libre a unos 5 metros de la nave. “Al abrir la escotilla vi un cielo lleno de estrellas brillantes y la Tierra completamente redonda. Toda Europa estaba debajo de mí. Había mucho silencio, un silencio absoluto, todo estaba muy quieto. Tenía una sensación muy rara, imposible de imaginar”, diría años después recordando aquel legendario vuelo.
La salida al espacio empezó durante la segunda vuelta de la nave alrededor de la Tierra. Desde el tablero de control Belyayev abrió la escotilla a la cámara de la compuerta. Según los planes, el cosmonauta iba a estar unido con su nave mediante un cordón umbilical. El cordón iba a suministrarle oxígeno y una línea de comunicación con el comandante y el control de Tierra.
La nave Vosjod alcanzó la órbita con éxito el 18 de marzo de 1965. La tripulación comenzó a preparar el paseo espacial. El comandante Belayev ayudó a Leonov a preparar su mochila de emergencias y acoplar el cordón.
Leonov salió sin contratiempos por la escotilla despresurizada y abandonó la nave. “Me sentía bien e iba informando lo que veía”, señala. Sin embargo, a los 10 minutos de paseo el cosmonauta descubrió un problema. “El traje espacial se estaba comportando de una forma muy diferente de como lo había hecho en la Tierra”.
El traje se hinchaba, dificultando los movimientos y tirando de sus manos y pies hacia afuera. En el momento que Leonov estaba dispuesto a regresar a la nave las cosas se descontrolaron. “A pesar de que había un buen ajuste, mis pies se salían de las botas del traje y mis manos de los guantes”, recordó Leonov. “El trabajo se volvió imposible, traté de agarrar las asas [de la escotilla] pero mis dedos no funcionaban porque no se ajustaban a los guantes y se iban a doblar delante de mí."
Además, la escafandra se hinchó tanto que ya no cabía por la escotilla. En ese momento Leonov, sin consultar con el control de Tierra, decidió bajar la presión interna del traje en un 200%. “Decidí que había respirado oxígeno suficiente para evitar que el nitrógeno provocase burbujas en mi sangre (la tristemente célebre narcosis de nitrógeno que sufren los buceadores)”, dijo. Además, Leonov desobedeció el procedimiento normal de regreso a la nave (entrando primero con los pies). A esto se sumó que su temperatura corporal se incrementó en casi 2ºC durante su actividad extravehicular.
Pero ni el exitoso regreso de Leonov puso fin a las aventuras de la tripulación, ya que el sistema automático de control de descenso se estropeó y Beliaev tuvo que asumir el control manual de la nave, elegir un lugar de aterrizaje y encender los motores de descenso en el momento preciso.
Esto tampoco fue fácil,puesto que el control manual era imposible estando los cosmonáutas sujetos en los sillones de descenso, a 90º del tablero de control. Mientras Pavel Belyayev conectaba el tablero en modo manual y orientaba la nave para después regresar a su sillón, pasaron unos 22 segundos, hecho que al final desembocó en una desviación de 165 kilómetros al noreste.
Finalmente la nave aterrizó en la taiga, lejos de zonas habitadas y además en condiciones invernales. Los grupos de rescate tardaron tres días en encontrarles, pero el helicóptero no pudo aterrizar en el bosque. Se pudo preparar una pista de aterrizaje tan solo a 9 kilómetros de su paradero. Los socorristas y cosmonautas llegaron a ese sitio en esquíes. Más tarde, en 1975, Leonov formaría parte, por el lado soviético, de la célebre misión Apollo-Soyuz 19.
LLETRA
Podemos irnos juntos lejos de este mundo tú y yo, en un viaje por galaxias infinitas hacia el sol. No queda nada que prolongue mi parada en este mundo ni un solo minuto. Tú y yo de viaje por el sol dentro de una nueva dimensión. ¿Qué podría ser mejor que estar siempre juntos tú y yo? ¿Qué estar siempre juntos tú y yo? Puedes venir conmigo, vámonos, tenemos que salir. Porque ese cielo lanza brazos invisibles hacia mi. Y si vinieras, en el centro de esa estrella pasaría el resto de mi vida. Tú y yo de viaje por el sol dentro de una nueva dimensión. ¿Qué podría ser mejor que estar siempre juntos tú y yo? De viaje por el sol en una nueva dimensión? ¿Qué podría ser mejor que estar siempre juntos tú y yo?
4 comentaris:
Quiero decirle al autor del Blog, que está haciendo propaganda de un usurpador. Yo soy el auténtico J.
Le ruego no los vuelva a promocinar.
Gracias.
Oye Paco, no seas pesado. Además a mí me gustan. Lo que tienes que hacer es retirarte y dejar de molestar. Estoy harto de que siempre vayas delante.
Hola amigos!! He visto que sois fans como yo de este blog. Aprovecho para preguntaros qué vais a hacer con la nueva, la Ye. No queréis gente joven? Quién mejor que yo entonces. Un beso de la chica ...
Collons amb els acàdemics de la llengua: el J majúscula i el j minúscula. Concha, por mi, puedes tomar posesión del sillón ye-ye. Estoy convencido que la chica de tu canción era griega
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