Pàgines

dijous, 14 de gener del 2010

MRS ROBINSON. Paul Simon & Art Garfunkel

«¿Algo nuevo sobre el cornudo de Belfast?», nos preguntamos en las redacciones en nuestro afán de mantener viva la llama tomatera del cotilleo sin fronteras. Si Mrs Robinson se hubiera apellidado McDowell, su historia de funeral y cama no hubiera alcanzado nunca honores de primera página. Si el amante hubiera sido un abogado cincuentón, barrigudo y con pelos en las orejas, nadie habría evocado a la Bancroft, rediviva en los medios cuatro años después de su discreto fallecimiento. Es fascinante el repentino interés que embarga a periodistas y comentaristas españoles por la vida política norirlandesa. No le hicimos ni puñetero caso al sinuoso devenir del gobierno bicéfalo que forman unionistas y nacionalistas. No hemos mirado al Ulster salvo cuando el «IRA auténtico» ha asesinado. No dijimos media palabra sobre el sufrido Peter Robinson hasta el día que asomaron las astas en lo más alto de su cabeza. Ahora recurrimos a elaboradas coartadas para justificar que una aventura sexual vulgar ocupe tanto espacio en los medios pretendidamente serios. «Hablamos de ello por sus implicaciones políticas», decimos, escudándonos en que es un caso de tráfico de influencias, lucha por el poder e impostura pública. Cuentos chinos para sepulcros blanqueados. Si hablamos de la señora Robinson es porque nos pone la historia de la sesentona encamada con el efebo, hijo, a su vez, del amante muerto que era carnicero a mayor gloria de la charcutería mediática. Que la señora ésta era adalid de la rectitud moral lo hemos sabido mucho después de empezar a hacer chanza a su costa y la de su marido. Nadie sabía, aquí, quién era Mrs Robinson y habríamos seguido sin saberlo de no haberse acostado con Dustin Hoffman. Digamos la verdad: la crisis política norirlandesa nos importa un rábano; lo que nos interesa son los cuernos que le puso al propio con el hijo del carnicero. «Ella es una golfa y su marido, un pánfilo». Hasta ahí llegan los profundos análisis que escucho sobre este decisivo episodio en la política norirlandesa. Manda el tomate. Manda huevos. Carlos Alsina. La razón. 13.01.2010


LLETRA
And here's to you, Mrs. Robinson. Jesus loves you more than you will know. God bless you, please Mrs. Robinson. Heaven holds a place for those who pray, hey, hey, hey.
We'd like to know a little bit about you for our files. We'd like to help you learn to help yourself. Look around you all you see are sympathetic eyes. Stroll around the grounds until you feel at home. And here's to you, Mrs. Robinson, Jesus loves you more than you will know. God bless you, please, Mrs. Robinson. Heaven holds a place for those who pray, hey, hey, hey.
Hide it in the hiding place where no one ever goes. Put it in your pantry with your cupcakes. It's a little secret: just the Robinsons' affair. Most of all you've got to hide it from the kids. Koo-koo-ka-choo, Mrs. Robinson, Jesus loves you more than you will know. God bless you, please, Mrs. Robinson. Heaven holds a place for those who pray, Hey, hey, hey.
Sitting on a sofa on a Sunday afternoon. Going to the candidate's debate. Laugh about it, shout about it when you've got to choose every way you look at this you lose. Where have you gone, Joe DiMaggio, a nation turns its lonely eyes to you. What's that you say, Mrs. Robinson. Joltin’ Joe has left and gone away, hey hey hey.

TRADUCCIÓ
Y esto es para usted, señora Robinson Jesús la ama más de lo que usted sabrá. Dios la bendiga, por favor, señora Robinson. El cielo tiene un lugar para aquellos que rezan, hey, hey, hey.
Nos gustaría saber un poco sobre usted para nuestros archivos. Nos gustaría ayudarla a aprender a ayudarse. Eche una mirada alrededor suyo: usted lo ve todo con ojos simpáticos. Dé un paseo por ahí hasta que se sienta como en casa. Y esto es para está usted, señora Robinson. Jesús la ama más de lo que usted sabrá. Dios la bendiga, por favor, señora Robinson. El cielo tiene un lugar para aquellos que rezan, hey, hey, hey.
Escóndalo en el escondrijo donde nadie vaya jamás. Póngalo en su despensa con sus pastelitos. Es un pequeño secreto: sólo el asunto de los Robinson. La mayoría de los que tiene ha de esconderlos de los niños. Koo-koo-ka-choo, señora Robinson Jesús la ama más de lo que usted sabrá. Dios la bendiga, por favor, señora Robinson. El cielo tiene un lugar para aquellos que rezan, hey, hey, hey.
Sentada en un sofá en una tarde de un Sábado. Yendo al debate de los candidatos. Ríase de ello, grítele. Cuando usted tiene que elegir, de cualquier manera que usted lo mire, pierde. A dónde se te has ido, Joe DiMaggio (ex marido de Marilyn Monroe)? Una nación vuelve sus ojos hacia ti. Que es lo que usted dice, señora Robinson? Joltin’ Joe (apodo de Joe DiMaggio) se acabó y se ha ido, hey, hey, hey.

(ESCOLTA-LA)